martes, 11 de septiembre de 2012

M.I.L.F.

        Hace poco fuí consciente del vocablo. 

        Mi marido me lo había adjudicado algunas veces, pero en situaciones en las que no merecía la pena pararse a preguntar...Ayer leí un artículo (Blog Eros de El Pais, 10 de septiembre) en el que se hablaba de ello y lo entendí. 

       M.I.L.F: Mother I'd like to fuck. (No traduzco ordinarieces).

        Al parecer el término surge en relación a un personaje de la película American Pie, obra cumbre de la comedia americana, que tengo el orgullo de no haber visto nunca. Se refiere a una madre de buen ver, diana de las pulsiones hormonales  del amigo de su hijo.

       Pues resulta que el fenómeno se ha puesto de moda, y lo que antes fuera considerado políticamente incorrecto  y casi incestuoso, ahora no está mal visto.

        Y yo, que soy muy de opinar, estoy decidiendo si me gusta o no el concepto. Por prevenir, que ya estoy en la edad y soy mamá. No sea que de repente me  vuelva guapísima y buenorra, y no quiero ir provocando...o si, pero siendo consciente de ello.

        Como casi todas las modernuras, a  poco que rascas, descubres que tampoco es tan novedoso. Siempre hubo M.I.L.Fs, pero con otros nombres.

       De hecho, en  la literatura abundan referencias. Hablan  en el artículo  de un autor del XVI, que escribe acerca de señoras  mayores, casadas o viudas, con apetitos sexuales  propios de damas de menor edad, que frecuentaban amantes  mucho menores. Y relata los asombros de un médico, ante las alegrías que varones jóvenes  gozan con  sus amantes talluditas.  

        Mucho mas recientes y menos ilustradas,  tenemos personajes como la Marquesa de Merteuil de Las  amistades peligrosas,( ésta si la he visto, mil veces)  o Mrs, Robinson en El graduado (fascinante).

         Hasta hace poco, una mujer cuarentona y perimenopausica, estaba fuera del  circuito erótico festivo. Pero la sociedad actual, genera  maduritas sin pareja(divorciadas, viudas, solteras vocacionales) o con ella (dicen que la infidelidad existe), que se gustan a sí mismas, se cuidan y disfrutan de su cuerpo, y deciden sobre sus relaciones sexuales, que resulta que no terminan a los 35 (personalmente, creo que mejoran)

        Y los hombres jóvenes, que han perdido el interés por la inocencia, la virginidad y la ilusión por las inauguraciones de cuerpos, se dan cuenta de  que la experiencia es un grado, y que los taitantos en una mujer, ya no significan flaccidez, aburrimiento, batas de guatiné y  abrazo de nodriza. Resulta que las maduritas podemos ser sensuales y  apetecibles. Mucho.

        En todo este sentido, el concepto me gusta. Alarga nuestra expectativa  carnal. Lo diría de una forma menos grosera, pero  no se me ocurre. (No queda bien M.I.L.M.L.: mother I'd like to make love...)

        No me importaría ser objeto de deseo de un jovencito de trentaitantos de buen ver. Debe subir la autoestima, no? Platónico, claro...

        En cambio, me provoca rechazo el matiz burdo y sexista que se le asocia. Aunque reconozco que es meramente educacional: nunca se vio mal  maduro con jovencita (salvo extremos), ni se hacen tantos chascarrillos  de F. Briatore como de Cayetana de Alba.  No debiera ser un fenómeno social que señoras con años atraigan a hombres jóvenes.

        Tampoco me atrae  el papel didáctico. Supongo que si el jovencito de trentaitantos, se interesa por tus encantos, compensa enseñarle unas cuantas cosas...pero yo soy más de aprender que de enseñar. Digo yo.

        Supongo que se puede ser MILF de un señor de tu edad, ¿no?. No todos los hombres maduros van a sentirse atraídos por niñas de cuerpos esbeltos y turgentes...

        Por ahora, mientras defino mi opinión, me dedicaré a mi F.I.L.F...(father I'd like to fuck) que también hay papitos interesantes...que saben cosas.


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