jueves, 31 de enero de 2013

DE CONTRATOS Y DE BESOS

              Hoy hace diez años que firmamos un contrato, que nos obliga voluntariamente, a ser compañeros de vida. Ese día firmamos el papel, porque el compromiso lo habíamos sellado con besos en nuestros cueros, varios años antes, solos tú y yo.

              No nos juramos amor eterno, ni devota fidelidad, ni pertenencia de las almas y los cuerpos. Hace  tiempo que decidimos no prometer lo absoluto, y por eso no conozco mayor libertad que pertenecerte.


             Mi intención de cada mañana, al despertar a tu lado, sigue siendo la misma: quererte el día entero, y seguir queriéndote al siguiente. Y así, hasta viejitos, si las mareas, las olas de la vida, no se llevan a ninguno por delante. 


            Aquel 31 de enero, lo celebramos con los nuestros, a la manera convencional.  Y hoy lo celebraremos tú y yo, a la manera nuestra. No porque la fecha sea importante, sino porque nos sigue importando celebrar juntos nuestras fechas...Redundante la intención, también.


            Tengo claro lo que quiero regalarte, pero tendré que volver a posponerlo. Tú sabes, los posibles se nos escapan...


            Pero voy a darte lo de todos los años: la garantía de que mi casa está donde tú vivas, que mi cama es mi paraíso porque es la tuya, y que quiero que, cuando nuestras cabezas olviden los recuerdos, seamos uno la memoria del otro, por si confundimos los nombres de nuestros nietos.


            Me felicito por quererte tanto. Hoy también.

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