La muerte se ha llevado a una de mis hermanas. No lo era de matriz, sino de las que te da la vida, que lo fue porque las dos quisimos serlo.
La cruel, canalla y escapista enfermedad, nos engañó durante meses. Esperó agazapada hasta burlar sus defensas y nos mordió el alma con la más certera dentellada.
Nos ha robado a una mujer bella, bellísima. También por fuera. Se la arrebató a tanta gente que ni ella sabría cuantos. La lloramos a cientos.
Hoy no puedo aún contarla, porque la pena aturde la mente y ella no se merece un garabato fruto de la desolación.
Descansa, cielo.
1 comentario:
Los que te queremos, deseamos acompañarte en tu dolor. Las palabras ahora no suelen consolar demasiado, así que démosle protagonismo al silencio que tú has dejado y al recuerdo que nos has transmitido.
Esto empequeñece al resto de circunstancias de la vida, ¿verdad?
Mucho ánimo y un beso muy fuerte.
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