jueves, 24 de noviembre de 2011

CONDENADA AL INFIERNO...

      Se acercan esas entrañables fechas  del año en las que nos da por hacer balance (en verano sería más inteligente, estamos de mejor humor...) Como éste , además, me estreno en la cuarentena, se me acumula la tarea evaluadora.

      Después de meditar mi conclusión es triste: si hay cielo, yo voy al infierno y si hay reencarnación,  aspiro a chinchorro cochinero....como mucho.
      Y es que mi curriculum está plagado de actos pecaminosos y transgresiones morales.

      No puedo evitar mi inclinación por los placeres de la vida. Casi todos, en mayor o menor grado. Carpe diem.

      Me gusta comer, mucho y bien. Tengo suerte y se me nota poco. Esto es benial, creo. Cuando a una mujer le gusta comer, lo peor que puede pasar es que no te inviten a sitios caros, pero es que a mi me gusta acompañar la pitanza de su correspondiente cervecita...o vinito....y alguna espirituosa  si se tercia. Y esto está condenado por algunas religiones y  la moral imperante (si yo fuera varón, menos, pero va a ser que no).

      De fumar me abstengo. En todo caso he llegado a aspirar involuntariamente lo que se fumaba a mi alrededor, con  efecto variable.

      Sexo. También me gusta. Mucho. Y también está feo en las féminas. A los hombres les sigue intimidando que una declare abiertamente esta afición. No me supone problema porque desde los 16 tengo pareja fija, encantado, por cierto,   con mi hobby, pero tengo amigas con igual inclinación, que  tienen que disimular para no provocar espantadas.

      Y me gustan los hombres guapos, que no se si es pecado o buen gusto, pero por si acaso me casé con uno para asegurarme  las ganas de volver a casa a diario. Incluso tuve suerte, porque excepto él, suelo gustarle a los feos. O  al menos los guapos no me lo hacen saber. Será que los polos opuestos se atraen (je, je...) He dicho que voy algo subidita de autoestima?...

      Soy atea,  que me libra de temer las consecuencias de mis pecados, pero lo que no purgaré cuando muera, lo purgo ahora: está mal visto ser atea. Puedes ser católica ignorante (los que ignoran las normas de su fe), católica no practicante (que ya me dirás pa qué...) budista, musulmana, ciencióloga...pero si eres atea, te piden una justificación.

      También soy de izquierdas. No roja del todo, pero si de un rosa fuerte. Hace tres días no era pecado, pero ahora...si (ayer oí a una señora por la radio decir que por fin van a volver los valores y la moral...y sentí un escalofrío digno de gente de la peor calaña).

      Soy una esposa horrible. Mi único atenuante alegable es que me casé según las buenas costumbres, con mi  novio de toda la vida, después de 15 años de relación. Lo de vivir previamente dos años en pecado, se puede pasar por alto...Pues soy tan deleznable esposa que no controlo los pasos de mi marido, le aplaudo que compartamos las tareas domésticas y la educación de los niños (que le obligué a tener, mala víbora...). Me niego a cocinar si él está en casa(esto básicamente para proteger la salud de mis hijos). Si no está...tampoco cocino: recaliento.

      Acostumbro a salir de vez en cuando con amigas, y si él sale, no padezco la necesidad de llamarle cada dos horas para informarme de dónde y con quién está: un desastre de matrimonio. Para colmo, jamás le he registrado la cartera, no leo sus mensajes ni su cuenta de correo (es fuerte, no....?) y ni conozco a sus compañeros/as de trabajo. Si hasta me fío de su palabra...

      Como madre, otro desastre: tuve  hijos cuando me convino. En lugar de procrear en mis años mozos,  esperé egoístamente a tener una posición y empleo medianamente estables. Y no contenta con eso, no dejé de trabajar, sino que con 16 semanas llevé a mi niña a la guardería, a pesar de tener dos abuelas dispuestas a sufrir su jubilación cuidando de ella(he oído que a Soraya puede que la excomulguen...).

      Los llevo a un colegio concertado en lugar de gastar medio sueldo en uno privado y no aprovecho  su potencial cerebral con 4 ó 5 actividades extraescolares diarias, sino que van  tres  veces por semana a hacer deporte. Y encima les divierte. Vienen rebosando endorfinas. He llegado a darles chuches entre semana y a dormir con ellos alguna noche  que se sentían cobardes frente a la oscuridad tenebrosa...
     Y comen  menos pescado del que deben.

      Varias veces al año, les dejo  a merced de los abuelos y me llevo a su padre a ensayar nuevos niños.

      Suelo andar sin ropa por la casa, hago top-less y me encanta bañarme desnuda en las piscinas de los amigos.

      Tengo por dios y gurú a un rockero madurito y pienso rezarle a diario en el  altar de la buhardilla de mi casa.

       Disfruto con mi trabajo (según la gente que me rodea, ésto es de lo peorcito ...) y no me importa conducir 300 km diarios con tal de no cambiarlo por uno menos gratificante.

       Me gusta escribir y que me lean, y si levanto alguna ampolla, el placer se multiplica...(soberbia, no?).

       Aparte de la gula, la lujuria y la soberbia, otro pecado capital que me pierde es la pereza: correr es de cobarde. No me gusta el deporte  ni por la tele. Si me da pena aconsejar a mis pacientes que hagan ejercicio...

      Y entre los pecados modernos: no reciclo. Bueno, algo si, porque separo los cubos de basura, pero si a la hora de tirar las bolsas llevo prisa, van al mismo contenedor. Y no  apago las luces  de las habitaciones vacías, ni cierro el grifo mientras me enjabono. Vamos, que yo sola me he cargado medio glaciar.

      Conduzco como un tío. Después de 22 años de carnet, he pasado de conductora ejemplar a circular  como un machote. No hace falta que lo explique.

      Y suelto palabrotas. Gordas. No muchas, pero mas de las debidas..
  
      A mi favor tengo que decir que todo el daño que haga está exento de intención: nunca he sentido inclinación a la maldad ni he disfrutado  haciendo faenas.

      Y nunca, nunca, jamás, me he planteado siquiera  dedicarme a la política.

      Con este panorama, espero que San Pedro, o el portero del paraíso musulmán,  o el que reparta las  reencarnaciones,  tenga en cuenta mi triste alegato y me rebaje la condena.

     Amen.

5 comentarios:

Pandora dijo...

Eehhh! Que yo comenté ayer este post tan magnífico y ahora veo que no está. Eso es censura? o que soy muy torpe?

Yo no soy sonsi dijo...

Torpe. ¿A ti te voy a censurar....?

Yo no soy sonsi dijo...

Además, no he reservado el derecho de admisión.

SONIA dijo...

Jajaja, pues si que es verdad que somos clavaditas cielo. Que suerte van a tener mis niños si es que algún día vienen a casa.

Fede Calderón dijo...

Protesto enérgicamente, ¿Cómo que no conoces a sus compañeros de trabajo? ¿Y yo que soy? Si nos conoces a casi todos! Falsa! Vete a Intereconomía a mentir!!! Jajaja....

PD: Por cierto, dile al administrador del blog que permita los comentarios anónimos que es un coñazo tener q meter tu usuario de donde sea...

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