Llueve, que no ayuda, y ha sido una noche horrible.
Decidí satisfacer mis inquietudes, así que he compartido cama con un joven rubio, guapo, cuya mirada se me hace irresistible. El aroma de su piel me incita,desde siempre, a besarle sin descanso durante horas.
Desde que le conozco ha insistido en meterse en mi cama, y anoche, una vez mas, lo consiguio. Y tengo que reconocer que ha sido una noche inolvidable, que me ha dejado baldada. Apenas una hora hemos descansado, en una vorágine de vueltas, cambios de postura, besos, abrazos, mimos y cremitas.
Es lo que pasa cuando tu hijo variceloso duerme contigo.
1 comentario:
Jajaja. Me parto contigo. Eres única nena.
Publicar un comentario