sábado, 26 de noviembre de 2011

SABADO POR LA MAÑANA.

       Mañanita de sábado, por fin.

       Anoche se acostaron tarde.  Mejor dicho, se durmieron tarde. Los niños acumulaban cansancio desde el lunes y  la fiesta  terminó de consumirlos. A la cama... hasta mañana, papá...un beso.... pipí...agua, por favor...que sueñes con cosas bonitas...y tu también, mamá...

      Por fin una noche  para cenar tranquilos. Demasiados días esperando un hueco para,  simplemente, charlar. 
      Prepararon una cena  escasa, delicatessen para dos y unas copas de vino. Sin tele, sin música, sin gente. Solos, con poca luz.
      Volvieron al placer de hablar sin prisa,  cogiéndose la mano, una caricia furtiva bajo la blusa, un beso entre risas. Después de tantos años nunca se aburría de hablar con él. Y ese fue uno de los temas de conversación. 
      Una cosa llevó a la otra  y volvieron a dormir sin pijama. Se le ocurrió que podrían valorar sus ánimos contando los pijamas que lavaban. Hacía tiempo que pocos.

      Cuando abrió los ojos sabía que eran las cinco y media. Llevaba semanas levantándose a esa hora. Se regodeó en el placer de darse la vuelta y seguir durmiendo, adaptando sus curvas a la espada de él, sin apenas rozarle para no desvelarlo.
      Así seguía cuando  sintió un "mamiiii...." interrogante, suave, dos  cuartos más allá, solicitando implícitamente permiso para cambiar su cama  de niño por mamá (literalmente la usaba de colchón, su pecho de almohada). 

     Apenas llegaba el pequeñajo, sorprendiéndole la espada con su manita del tiempo, le siguió la princesa de la casa. Ella ya no pedía permiso para cambiar de cuarto y sabía cuando  entrar. Y cuando no.
     Ambos habían dejado de preguntar cuando les encontraban  desnudos. 

     Unos cuantos abrazos, y desperezos,un echatépayaquestelaoesmio y la dictadura  de la prole reclamaba obediencia. Es de día, queremos desayunar.

     Café, tostadas quemadas (en qué piensa mamá...), galletas, dibujitos matinales y olor a pijama de  felpa de niño.

     La vida debería  ir mas despacio los sábados por la mañana.

3 comentarios:

MJesus dijo...

Es verdad , los sábados por la mañana debería amanecer a las 12 h y estar oscurito hasta entonces en la camita bien calentitos.
Un besito guapetona, sigue escribiendo para el disfrute de tu tribu.

Yo no soy sonsi dijo...

Gracias, chula. Se agradecen los comentarios, aunque sean constructivos....Ya te reñiré por lo que tu ya sabes.

SONIA dijo...

Me encanta cielo. Se me ha puesto cara de tonta leyendolo, con esa sonrisa entre tierna y picarona. Un besazo.

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