sábado, 19 de noviembre de 2011

JORNADA DE REFLEXIÓN

      En los nosecuantos comicios acaecidos desde que soy mayor de edad (sin exagerar, que no son tantos..), nunca he apreciado lo de la jornada de reflexión.

      Pensaba que a estas alturas, todo el mundo tiene claro su voto. Es mas, que lo habitual era tenerlo claro antes de la campaña, y lo que variaba era ir con más o menos ganas a la urna. Y que si coincidía con un día de playa, te dieras prisa o no en volver para ejercer.

      Pero en estos, en que parece tan claro el resultado, es cuando noto a mi alrededor más duda, mas reflexión. No en cuanto a ideas;  la mayoría tenemos clara nuestra  tendencia, bien de izquierdas, de derechas, de centro...y cual es nuestro partido de referencia...pero no tan clara la intención de voto de izquierda. Por su utilidad. Asumida la probable derrota ,¿el objetivo es evitar la debacle?  Arañar escaños a la derecha, ¿es mas fácil votando a quien?

    El voto de la derecha está unificado y claro, pero el de la izquierda duda: votar a las ideas, en el trágico contexto actual, en el que nos debatimos entre ser fieles a un ideal o a un modo de vida que precisa contradecirlo...o quizás no? Es factible la teoría de los progresistas, de los idealistas? (De los "disgustaos", como les llama mi suegro?...)Se puede romper con la estructura vigente y con las normas de los mercados? A qué precio? Somos tan cobardes que pasaremos por el aro, sin saber muy bien a qué nos lleva ni lo que dejamos a los que vienen detrás, por no correr el riesgo de entrar en el templo a echar a los mercaderes...?

     He compartido el tema con unos amigos hoy. Me ha sorprendido la reflexión en común.
     Mañana va a ser un día importante. Obviamente no será una buena noticia para mí que gane el señor que habla con la válvula de la olla expres en la boca, pero lo realmente hiriente sería entender que la clase trabajadora le de su voto: nunca entendí a los masoquistas.

Suerte.

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