Pero tenemos también la mala costumbre de comer a diario, vestirnos guapos y ofrecer lo mejor a los nuestros.
Y la mala costumbre de prosperar , bien sea en lo económico, lo sentimental o lo intelectual (este aspecto tiene menos seguidores, pero alguno hay...)
Lo malo es que para todo eso hace falta tiempo, y ni los días tienen 36 horas, ni hay cuerpo que lo aguante...
Hace mucho que vengo pensando que las personas felices, las que viven bien, son aquellas que aciertan eligiendo con quien y a qué dedicar su tiempo, conciliando con la seguridad de estar donde y con quien quieren, sin la nociva convicción de tener que estar en otra parte, haciendo otra cosa.
Ahí es na!
De vez en cuando, algún terremoto de la vida te despoja de algo o alguien importante, y necesitas imperiosamente poner orden, resetear tus prioridades y dar abrazos, hacer llamadas....Volver a mirar los ojos que te importan y darles un beso que valga por los 1000 que les debes.
Surge la necesidad de estar en ese sitio, clavar los pies en determinada arena, respirar aquel aire y no otro.
Te miras por dentro y haces borrones, tachas importancias y despejas tormentas.
Pues en eso estamos. Intentando despejar tormentas propias y ajenas, rescatando del naufragio lo importante, navegando esquivando las olas caprichosas. Y algún tsunami.
1 comentario:
Lo que importa es que las personas a las que quieres lo sepan, asi cuando se van el vacio que te queda sera un poco menor, yo hace tiempo que intento que los que me importan se enteren de que los quiero, y tu eres una de esas personas, me consta que lo sabes...
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