miércoles, 13 de junio de 2012

MIS PIERNAS

               No encuentro palabras que cuenten lo que siento cuando mis piernas se abren ante ti.  
 
               Da igual tu intención. Ya sea que busques ternura, calor, un sitio donde reposar, consuelo para tus pensamientos o para tu cuerpo...nunca las encontrarás cerradas.

               Porque se hicieron para abrazarte, para arropar nuestras caderas. Para esconder la curiosidad de tus manos, y la generosidad de tu cabeza, que se deshacen en caricias que me cuentan tu día.

               No hay mayor descanso que enredarlas con las tuyas, después de habernos derramado los deseos. 

               La próxima vez, suerte mía, que mis piernas se abran porque tus ojos me miran, piensa que estaré rebuscando las palabras...Volveré a no encontrarlas, porque mi cerebro no funciona cuando las abres.
             

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