viernes, 8 de junio de 2012

NOVIOS DE PLATA (8/6/2012)

                  Hace 25 años que A.,compañero de clase, me pidió salir. Le dije que si porque era guapo, mayor que yo (cinco largos meses), con experiencia (tres novias anteriores...). Nos llevábamos bien, y necesitaba alguien para salir con mi mejor amiga, que acababa de emparejarse. No duraría mucho, porque ...era un Don Juan...Pero a los quince, ¿quien piensa en eternidades...?  Era buena gente, no me haría daño, y  daba la talla como primer novio.


                  Yo no sabía entonces que aquella respuesta iba a determinar, al menos, mi siguiente cuarto de siglo.

                  Hoy no celebro que sea mi marido (nunca le ha gustado el título), ni los dos hijos maravillosos que me ha dado, ni que algunos se pregunten el secreto de seguir juntos. Celebro que HOY TAMBIÉN quiere estar a mi lado y ser el hombre que comparte mi vida. No celebramos 25 años, sino 9131 días, con sus correspondientes besos.

                  Aquella mañana, en la plazoleta de Santa Bárbara, nos habíamos saltado una clase de Historia, de las últimas del curso. Dos de los niños buenos de la clase, haciendo rabona. Es cierto eso de que saltarte las clases puede afectar a tu futuro...

                 Nunca sabré si acerté al decir que sí. Quizás el hombre de mi vida ande enredado en la vida de otra, y la mujer perfecta para A. lo esté esperando en alguna parte...pero me gusta mucho como soy hoy, y sin duda, él tiene gran parte de culpa. Nos hemos criado juntos y nos hemos hecho el uno al otro, amoldando los salientes de cada cual para encajar, sin dejar nunca de ser dos. Si alguien se enamorase de él, o de mí, tendrían que agradecerle al otro lo que somos.

                En estos años, casi todo lo bueno en mi vida,  estuvo relacionado con él. En los malos momentos nunca me falló, y los escasos reproches que le guardo, me harían sonrojar frente a mis fallos.

                No ha sido todo perfecto, que 25 años dan para mucho. Hubo dudas y malos tiempos, y desencantos. Pero hemos vuelto a enamorarnos tantas veces...

                Es un hombre inteligente, trabajador incansable si hace falta, pero sabe desconectar cada momento del que dispone, regalándose a su familia, o sus amigos. Le gustan la música y el cine, coincidiendo a veces, solo a veces, con mis preferencias. Solía ser huraño, rayando la antipatía, pero no era más que una herramienta para mantener la distancia. Apenas lo usa ya... Si te abre su puerta, es el ser mas acogedor y leal que imagines. Padre cariñoso hasta la saciedad, rayando la blandura, sin traicionar la coherencia de nuestras normas.

                Me ha regalado flores... tres veces, que yo recuerde, y todavía no me ha pedido que me case con él, ni lleva alianza (no llegó a ponérsela en la boda, una alergia, creo...). Pero es capaz de preparar una cena para dos, con o sin velas, sólo porque esa noche también le parezco bonita.  No soy su reina, sino la mujer a la que quiere.

                No me oye, me escucha. Me conoce, y sabe de mí hasta lo que le oculto. No imagino mayor libertad que siendo suya. Respeta mi espacio y mis intenciones. Soporta mis fervores religiosos y mis planes a solas. Con nadie he llorado ni reído, tanto como con él. Y pongo la mano en el fuego por que jamás me lastimará a conciencia.

              Me enseñó a besar, y aprendimos a hacer el amor ensayando uno con el otro. Si los asientos de atrás del R4 hablaran...O cierto banquito del parque...Tiene la culpa de mi afición por la cama (y duermo poco), y no debe andar descontento, cuando sigue buscándome con ahínco... No escatima en abrazos y en ternura, y sigo encontrando en sus ojos la mirada con que me esperaba en la escalera del instituto. Podemos llevarnos días enteros a solas,  sin aburrirnos...Hablando también.

             A veces no me explico como hemos llegado aquí, siendo tan distintos. Quizás sea esa la razón. 

             No voy a hacerle más publicidad, que igual su mujer perfecta se lo piensa mejor y ataca. 

              Hoy deberíamos estar comiendo mortadela en las faldas del Etna. Una intención, más que sueño, de adolescentes...La vida nos regateó el capricho, pero lo tenemos pendiente. Tenemos plan B...No echaremos de menos la mortadela, y de lo volcánico ya nos encargaremos...

              No sé que pasará mañana, pero hoy, celebro el sí de aquel día de junio...



             

1 comentario:

ALI dijo...

Pasadlo bien!!!!!!! el bocata de mortadela te lo puedes comer sobre una duna, no es igual pero por ir ensayando...

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