viernes, 26 de octubre de 2012

¡CON DOS OVARIOS!

      ¡Con dos ovarios!



      La foto puede parecer una provocación anecdótica, pero tiene su enjundia.

       El contexto es una manifestación en contra de matrimonio  homosexual en Marsella.  Las dos chicas que se besan, no son lesbianas, sino heterosexuales indignadas por la pretensión de limitar los derechos de las personas en función de su orientación sexual. 

               Me habría gustado tener la oportunidad y los ovarios de actuar como ellas. Y tengo en mente al menos cinco amigas como posibles cómplices, la mayoría casadas y madres, pero sin pretensiones de censura sobre la vida de los demás. Yo es que me rodeo de gente básicamente buena.

              ¿A qué jugamos? No hay bastantes límites y dificultades en la vida para dejarnos ser felices, que tenemos que meternos en las decisiones de los demás?  Si me enamoro de alguien, y quiero tenerle en mi vida, en lo bueno y en lo malo, para cuidarle y quererle, y esa persona me corresponde, ¿que más da que se llame Daniel o Lucía?

            Afortunadamente, los cuerpos humanos no ocultan trampas para manos o labios de según que sexo. No somos imanes que repelen al polo del mismo signo. Así que, si nos complace la compañía de alguien, ¿por qué no vamos a regalarle caricias, besos, y el cuerpo entero, aunque sea casi igual que el nuestro? ¿Por qué elegir para compartir la vida alguien del sexo contrario, si  ó si?

           No creo eso de que todos seamos bisexuales, ni que la homosexualidad esté genéticamente definida. La sexualidad es una faceta tan complicada como los propios humanos, mezcla de instintos, pulsiones, educación y experiencia. 

            Vengo siendo, hasta ahora, heterosexual. Y encantada, oiga...Pero cuando la madurez te abre la boca y el cerebro,  para dejar de avergonzarte de compartir sentimientos y pensamientos con tus íntimos, resulta que pocos de los que se atreven a tocar el tema, no admiten haber tenido  dudas acerca de su orientación. (De paso, decir que lo de orientación sexual no me gusta: implica que se pueda estar desorientado...).

             Yo también he tenido dudas.  Las hormonas adolescentes del infierno son desconcertantes, y el cuerpo femenino, hay que admitirlo, es precioso. En algunos de mis sueños digno de novela erótica,  no había ni un solo pene...(perdón, he dicho pene). Y sin embargo, despierta....pues no encontré a la chica adecuada, supongo. 

             El caso es que pienso que entre dos personas adultas que deciden libremente compartirse, no debe meterse nadie. Sea cual sea su edad, raza, sexo, color de ojos, marca de smartphone, y tamaño del pie. Por mencionar características sin importancia para los sentimientos.

            Solo espero que a mis hijos, cuando les toque, este tema de la discriminación por sexo les parezca antiguo,  anacrónico y hasta ridículo.

           Amén.



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