sábado, 6 de octubre de 2012

LO QUE NO SE NOMBRA

            Hoy he leído en un artículo, acerca de otra injusticia social, que " lo que no se nombra, no existe".

            Gran aserto.

            Al igual que damos por cierto un rumor cuando se repite con vehemencia, pasamos por alto los temas de los que no se habla. Hipócritamente, dejamos de hablar de todo asunto molesto, desagradable...,maloliente para nuestro ánimo.

           Evitamos nombrar a las mujeres asesinadas por sus parejas,  a los dos días de enterrarlas. Incineramos su recuerdo, su injusticia, la desolación de su familia. Los damnificados en Haití ,  en cientos de catástrofes naturales, cuando  se acaba la campaña  benéfica de recaudación. Los niños sin ropa y sin juguetes, cuando pasa Navidad. Las injusticias sociales cuando pasan las elecciones...

           Pero esta verdad se hace mas dura en la intimidad. La usamos a diario para sobrevivir a las frustraciones, en lugar de afrontarlas. 

           No hablamos de los sueños inalcanzables, de los amores platónicos o prohibidos. De la fealdad de los niños, o la maldad del amigo. De los cambios de humor de nuestra pareja, cuando sospechamos su infidelidad, o, aún peor, su indiferencia. De la persona que veíamos en el espejo, que de repente, un día,  sustituyeron por esa otra que tiene canas, arrugas, flaccideces y artrosis, con cara de acelga los días húmedos.

           No hablamos de quien nos falta en Navidad, del padre prófugo en los cumpleaños, o de quien se fue para siempre, en las bodas. 

           Pretendemos anular su existencia, negar su ser, al no citarlos. Como  si fuera un sortilegio, un encanto macabro y peliculero, por el que al nombrar tres veces lo rechazado, se hiciera presente.

           Que tontos somos. Con qué argucia tan simple engañamos a nuestro propio cerebro. Los seres racionales. El buque insignia de la evolución...

           Pero será mejor no hablar de ello...

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