jueves, 26 de enero de 2012

QUE VIENE GALLARDOOOOON.....

     Obviamente necesitamos una reforma legislativa y judicial. Las leyes envejecen con las sociedades, y las nuestras ya padecen achaques.
     
     Pero hemos dejado la posibilidad de reformas ingentes en manos de un señor que para reformar el Metro de Madrid y la M-30, la lió parda....
       Escuchando la declaración en la que expone sus planes, he tenido la sensación de ver a un chimpancé con un bisturí en la mano: miedo, mucho miedo. También he escuchado lo de Camps, pero todavía no me lo creo...
      Pues nuestro Ministro de Justicia, que no dudo que en la estricta intimidad sea una bella persona, se queda tan pancho (yo diría que se le adivina cierta baja excitación...) diciendo que quiere instituir una cadena perpétua (perdón, condena permanente revisable) , que se administrará de forma excepcional, según el grado de repulsa social que cause el delito.
Es decir, que según trabajen los periodistas o los damnificados, la pena será mayor o menor. Justicia según campaña.
       No, mire usted...a su marido lo han asesinado para quitarle la cartera, pero como no causa repulsa social, el asesino sale en pocos años...si le hubieran matado a una menor y la hubieramos buscado durante meses...entonces si, condena permanente, que eso a la sociedad le repugna.
      Señores delincuentes, delincan, pero sin repugnar...
       Que si, que probablemente hago demagogia, pero es que me sale...y este blog es mio.
      En su momento tuve profesores hiperconvencidos de las teorias de los derechos idealistas, universales, y me calaron profundo. Ante cualquier ley penal, intento alejarme del supuesto particular para juzgarlas desde la generalidad, buscando las taras de equidad. Por supuesto que generalizar tampoco es justo, pero para eso están las puntualizaciones y los supuestos excepcionales.
      Lo que no entiendo es que un hombre formado en leyes, pretenda que se aplique justicia en función de la reacción popular, como los gladiadores en el circo. Esto tiene que ser una patada en el culo de la teoría del derecho.
       La reforma de la ley del aborto tambien tiene enjundia. Para empezar cuestiona que sea un derecho de la mujer.Ea.
      Desde mi punto de vista, sesgado y privilegiado para el tema, porque trabajo en Atención Primaria, recuerdo mi indignación ante el coladero que  el daño psicológico suponía durante la vigencia de la ley del 85, la de los 3 supuestos (que considero que en aquel momento era lo socialmente aceptable). Se abusaba del mismo para justificar abortos sin causa médica, con mayor o menor facilidad, según la ideología del responsable de autorizar el proceso.
      Cuando se cambia la ley y la mujer no tiene que dar explicaciones hasta la semana 14, el número de abortos no aumenta. Solo miente menos sobre las razones.
      No me gustan los abortos. Me parece una situación indeseable desde cualquier punto de vista, pero la decisión es de cada mujer y sus circunstancias.
   
      El miedo a que constituya un método anticonceptivo sólo tiene una solución: EDUCACIÓN.
      La inmensa mayoría de abortos sin motivo médico se generan porque no se asume la necesidad de usar anticonceptivos, particularmente entre jóvenes, en teoría, con mayor acceso a la información, pero mal canalizada.
Tampoco es descubrir el átomo, pero esos abortos se evitan con anticonceptivos.
     
      Como dice mi padre "hacer niños es fácil, lo difícil es no hacerlos...."
      ¿No sería mas lógico incidir en prevenir embarazos, en lugar de coartar el derecho de la mujer a decidir la pertinencia de su maternidad?
        Porque en ésto, como en todo recorte de derechos, pagan justos por pecadores. Igual que con las cadenas perpétuas camufladas. Sigo pensando, probablemente porque no me ha tocado sufrirlo, que no quiero parecer insensible..., que más vale un culpable en la calle que un inocente en la cárcel.
       Supongo que en ambos temas soy demasiado ingenua, pero tengo que aprovecharme de que la vida me trata bien, y a pesar de peinar canas teñidas, no me hayan tumbado el idealismo de mis principios.
        Mientras tanto, seguiremos criticando a la derecha.
     ¡¡VIVA LA PEPA!!
      

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