martes, 1 de mayo de 2012

DIA DEL TRABAJO

      ¿Celebra Mariano el Día del Trabajo?

       Le apeo el título por la familiaridad con que nos trata. En apenas unos meses, nos ha tocado tanto los genitales y la cartera a la mayoría, que es como un amante incómodo. De ahí el tuteo.

       A mí la celebración me pilla a contrapelo. Ayer lo habría celebrado,tenía trabajo. Pero hoy...ya soy desempleada. Luego  entonces ¿lo celebro o no?. El que trabaja, lo celebra con un día festivo. ¿Y el parado? ¿Se para más? ¿Deja de ponerse al sol? ¿O se hace una barbacoa en la oficina del SAE?

       En fin, que hay que tomárselo con humor, porque afortunadamente, aunque tengo motivos para quejarme, resultaría frívola en comparación con muchos. A mí por ahora, me da para pagar mi hipoteca y vivir más que decentemente. 

       Pero la reflexión sobre el asunto no deja  lugar al humor ni la frivolidad. El Trabajo, con mayúsculas, es un derecho del que nos vemos privados cientos de miles de españoles. No entro en culpables ni causas, que es polémica manida a estas alturas, sino en consecuencias.

       Miles de familias angustiadas, vendidas al mejor postor, renunciando a derechos y dignidades, para aceptar empleos y sueldos que hace unos años habrían denunciado. Pero hay que conservar el techo y dar de comer a los hijos. Al menos.

       Celebrar el día del Trabajo hoy es como inaugurar una Estatua de la Libertad en Siria.

       Mi optimismo me lleva a pensar que serán unos meses, que la cosa  va a cambiar y que pronto volveré a no tener tiempo. Me dedicaré a la lista de cosas que nunca puedo hacer y a profundizar en temas olvidados. 

       Y quizás busque en el trastero la estatuilla de plástico de San Pancracio que mi madre tenía en un rinconcito del mueble-bar. Si mal no recuerdo, había que ponerle peregil y una moneda de cinco duros en el índice enhiesto, y en caso desesperado, meterlo en el congelador. Claro que, igual ya no funciona, que no tenemos muebles-bar, sino modulares , euros, en vez de duros, y  congeladores no frost. Y ya le ponemos albahaca y cilantro a las comidas, en vez de peregil.

       No se equivoquen: no me gusta Cuéntame ni soy de las de "cualquier tiempo pasado fue mejor". Pero de vez en cuando, aprecio un toque vintage.

       Vuelvo a irme por las ramas. Es lo que nos pasa a los desempleados...nos aburrimos.

       Felicidades a los Trabajadores con empleo. Celebradlo, que se note que lo apreciáis, en homenaje a los que no lo tenemos. Chin-chin!

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