martes, 22 de mayo de 2012

YASTAQUÍ EL ROCIO....

            Si de temas controvertidos hablamos, El Rocío da juego de largo...Si siempre es polémico, estos años añade el matiz socioeconómico en el arsenal de sus detractores. ("No tienen dinero pa ná, pero pal Rocío si....")

           Partimos de la base de que  no  soy rociera, ni romera de ninguna otra imagen. Tengo pendiente  peregrinar a Sayreville, New Jersey (cuna de Dios), pero no ha llegado aún el momento.

           En mi familia tampoco hubo tradición, y a pesar de vivir en la Tierra de María Santísima, las únicas romerías que conozco son la de San Benito Abad y la de San Isidro Labrador. Ambas vividas por mi parte, con tinte camperofestivo, más que devoción.

            Yo entiendo que hay espacio y momento para todo, excepto para los extremos. Conozco afortunadamente diversidad de opiniones y de enfoques al respecto. No todos los rocieros son juerguistas, ni todos los juerguistas del Rocío son sinvergüenzas...

           Me parece admirable que exista una devoción religiosa a una imagen, que es el origen de todo, y por lo tanto lo que mantiene la tradición, que sea capaz de movilizar tantos miles de personas. Pueblos y barrios enteros que se quedan solos.  Al margen de que muchos, quizás demasiados, acudan más por diversión o por negocio que por fe, es obvio que la columna que vertebra el evento, es el matiz religioso. La vivencia espiritual de los creyentes, de los Rocieros con mayúsculas. No se mantiene una movilización así durante tantos años ,solo por la fiesta, por muy bueno que sea el jamón con el polvo del camino...

           No es tan difícil entender,  que quien cree en  una imagen, que se apoya en ella para sus penas y alegrías, sienta satisfacción  espiritual en el ritual de la romería. Un caminar de días, que implica un sacrificio, una ofrenda, que termina  en el encuentro con el objeto de su adoración, cuando ya el cansancio y lo vivido han excitado los sentidos y predispuesto los sentimientos.
            Se adorna con un paisaje admirable de por sí, que son los parajes por los que discurre el camino. Atuendos y ropajes, y medios de transporte que dan romanticismo, bien entendido, al acto. 
            Y se experimenta la convivencia grupal, es decir, compartir vida por unos días con amigos, familias y extraños. El sentimiento de grupo, de unidad, el vinculo social, inherente al ser humano.

            Todo ello origina una retahíla de experiencias, de momentos más o menos místicos, de alegrías, y  disfrute de la vida, que enganchan al creyente y al que no. Y que le hacen volver.  Tampoco hay que ser creyente para emocionarse con la Macarena cuando sale de la calle Cuna...

            Y esto está bien. Señores, a todos nos gusta disfrutar, aunque variemos la forma. El que hace el camino por fé, disfrutará de los cultos y del sacrificio. El que lo hace por la fiesta, disfrutará de los cantes y los bailes y el  vino. Siempre y cuando se respete el sentido religioso y sus actos, deberían ser compatibles los dos caminos. No perdamos de vista que es una celebración religiosa.

             No creo que haya que criticar al romero que no reza. Hasta en eso hay grados, y no hay que flagelarse para tener fe. Pero ahí entra la valoración de los extremos. Ni el extremista religioso, que no tolera lo lúdico, lleva razón, ni el que va por la juerga debería peregrinar, que no hace sino ofender. El primero debería ir en solitario, hacer un ejercicio de constricción y vivir de otro modo su fe, y el segundo debería quedarse en las ferias. Opino. 

              Luego está la otra polémica, los que critican que haya familias que se entrampan lo imposible, para gastar en una semana lo que no tienen. No sería yo la que hiciera tal cosa, pero porque no me compensa. Dejemos que cada uno  gaste  como quiera, y si nos da coraje que luego lloren todo el año, con no escucharlos basta...También hay quien se hipoteca por unas vacaciones,  un coche fantástico, o silicona a repartir por su serrano cuerpo...

               Y los que se quejan por las molestias. Es cierto que los cortes de tráfico a la ida y a la vuelta, trastornan nuestros planes. Y la madre del tío de los cohetes, está en boca de todo el mundo. Y que Doñana sufre el impacto. Y movilización ingente de recursos sanitarios, infraestructuras y personal de seguridad. Pero también hay ferias y festivales de rock y cortes de trafico en puentes y festivos. 

               Todo esto lo comento desde la casi absoluta ignorancia. Del Rocío conozco la Virgen y la ermita,  y de la romería, lo que se ve desde fuera. 
Hace años que barrunto engancharme con algún amigo que me haga de cicerone. Sin exagerar. No aspiro mas que a compartir una jornada de camino, con su pará y sus avíos. Conocer de primera mano lo que moviliza de forma tan viva a gente tan normal.

               Ahí lo dejo caer, para el año que viene...



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