lunes, 21 de mayo de 2012

FAN?



           Acabo de pasarme casi 20 minutos escuchando una entrevista que le hacen a Dios (Jon Bon Jovi, para los que yerran en su fe) en una cadena de televisión  americana. Si a mi nivel medio-escaso de inglés le sumamos que Dios se manifiesta en inglés americano, he pillado la mitad del contenido. Interesantísimo, por  cierto. Hacen un resumen de su biografía y habla de su labor  como miembro del Comité para la Movilización Social que se ha montado Obama.


            El caso es que me he autovisto embobada frente a la pantalla, pendiente de cada gesto y de cada sonrisa de un hombre que, objetivamente, no tiene nada de especial. No, no es blasfemia, es análisis. Cincuentón guapo, de los que saben envejecer, que tiene bonitas hasta las orejas. Nada especial...

             Y me ha hecho reflexionar sobre el fenómeno fan.

             Yo no soy seguidora acérrima, es todo apariencia. Me encanta provocar, aunque sean sonrisas...y por eso todo lo de mi dios y mi religión y tal...  Lo cierto es que cuando tuve edad, no tuve dinero, ni ocasiones para seguirle, y ahora que puedo, no tengo edad para ir de groupie. Pero las entiendo, que es lo peor.

              Ser fan de alguien que canta y es guapo, es fácil. Y no se elige, te sale. No es ninguna especie de amor, ni parrafadas de esas. Es simple atracción, a veces casi hipnosis. Es la incapacidad para encontrar un motivo que te haga dejar de escuchar sus canciones, la sensación de estar contemplando la creación del universo cuando lo miras. Es emocionarte en cuerpo y alma en un concierto. Lo se. Parece absurdo y descabellado.

              A mi, lo primero que me atrajo fue su música. Unos amigos lo ponían de vez en cuando, y me encantaba. Me emocionaba con sus canciones, su voz tenía algo especial. No era la mejor voz del mundo, ni de lejos, ni sus canciones obras de arte incontestables, por supuesto. Pero es la voz que a mí me emociona. No puedo evitarlo. Y no hay feromonas auditivas que lo expliquen. Supongo que los receptores de cada uno, son mas afines a ciertos sonidos, a ciertos timbres. Pues el mío es el de Jon Bon Jovi. Porque si otro canta las mismas canciones, me quedo fría. Y si lo hace  él....

             Hasta ese momento no era más que un cantante, un grupo que me gustaba mucho. Pero empecé a ver sus fotos en el Super Pop y el Vale,  y a ver vídeos...y sucumbí. Aquel hombre me gustaba horrores. Un macizo rubio (que a mi no me gustan los rubios) con melenas, con unos ojos azules que no te dejan mirar otra cosa y con una sonrisa que me quitaría el frío en Siberia. Y el Culo, con mayúsculas. El mejor culo masculino que ha parido madre hasta el día de hoy.

No tuve elección. Me dejé llevar por mi cuerpo y mis oídos,  y así llevamos años....Yo lo escucho, lo veo, y a veces babeo. He tenido sueños con él de todas clases. He llegado a aprenderme de memoria sus discos, y he visto sus películas. Alguna, lo reconozco, no he podido terminarla por vergüenza ajena. 

         Y él, a cambio, canta y compone para mí. Y piensa en mí dia y noche, y las miraditas intencionadas de sus vídeos, son para mí. Pero no queremos romper nuestras familias, así que nos mantenemos en el platonismo.
 Cada vez es más difícil, lo reconozco. Siempre dije que si tuviera oportunidad de conocerlo,  no intentaría nada carnal, porque perdería su divinidad, su halo de inalcanzable....pero ya he recuperado la cordura. Ahora es mejor no tenerle a mi alcance, para que no me detengan por agresión sexual. Este hombre ha llegado a ese punto,  a esa edad perfecta para tener una aventura: cincuentón macizo, es decir, que no hay que enseñarle lo que debe hacer, y no hay que mirar para otro lado cuando se desnude.  Ni temer por el infarto o el síncope. Que calor!


             Es que no me sale hablar en serio de esto, y me lio, me lio....

           Lo que quería decir, es que cuando admiras lo que hace alguien porque  toca tu sensibilidad particular, es realmente fácil engancharte, y aunque seas consciente de que la atracción que sientes no es racional, simplemente la disfrutas, porque no haces daño a nadie. 

           De hecho, ha sido mi marido quien me regaló los dos conciertos. Di saltos, grité, me desgañité. Y sentí un escalofrío nada desagradable durante el segundo y medio en que me miró directamente a los ojos, mientras pasaba por delante de mí. Lo reconozco.


             Supongo que es un hobbie más, pero tiene cara, cuerpo y voz, y alma. Hay quien se aficiona a la caza,  a los videojuegos o al paddle. Y  yo me he aficionado a Jon. Me relaja, me hace pasar buenos ratos y olvidar algunos problemas. Engancha, pero no es nocivo. No deja víctimas, como la caza, no me aísla del mundo, como los videojuegos y no provoca agujetas. El hobbie perfecto.

Así que si me disculpáis, voy a seguir rezando...








especialemente.Luego empecé a ver fotos y vídeos

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